Las reglas.
Sin citas.
Sin sexo fuera del juego.
Sin revelar los términos del contrato.
¿Las reglas fueron hechas para ser rotas, no?
Hace ochos semanas firmé un contrato. Uno que en ese momento parecía una buena idea. Un soltero apuesto, alojamiento de lujo, una oportunidad de ganar un premio que mi familia necesitaba desesperadamente.
Sin embargo, había algunas reglas.
Muchas de ellas en realidad.
Seguir el guion, sin citas, sexo, o revelar los términos del contrato.
Después de mi auto impuesta moratoria a los hombres el año pasado, no sería difícil cumplir con mi parte del trato… eso creí. Hasta que me di cuenta de que el trato que hice fue con el diablo… y estaba enamorada de su hermano boca sucia.
Sonrisa con hoyuelos de niño.
Escultural cuerpo de hombre.
Canta como un ángel.
Folla como un demonio.
Estaba atrapada entre la espada(estrella) (Nota: en el original "rock(star)" que significa estrella de rock, pierde sentido cuando se traduce) y la pared.
A los quince años, su póster colgaba en la pared de mi dormitorio. A los veinticinco su cuerpo estaba encima del mío. La fantasía de toda chica se convirtió en mi realidad. Yo salía con una estrella de rock. Sin embargo lentamente me fui enamorando de otro hombre. El problema era que los dos hombres compartían un autobús de gira.
Flynn Beckham era telonero.
Dylan Ryder era el artista principal.
¿Qué sucede cuando el telonero del concierto comienza a destacar tan brillantemente, que todo lo demás parece oscurecerse a su paso?
Te voy a contar lo que sucede. Las cosas se ponen feas.