Cuando Jack Harris entraba en la cafetería Special-T cada mañana, vistiendo unos pantalones vaqueros lo suficientemente calientes como para derretir el cristal, el combustible erótico entre él y la camarera Legs Anderson casi incendiaba la habitación. Por eso la voluntad de Legs para mantener a raya a Jack era el misterio más desconcertante de Hartsville.
Eso y el hecho de que Jack Harris fuera la única persona en el pueblo que no creyera que la casa Anderson estaba embrujada.
Pero Legs sí lo creía. Y mientras el fantasma de su tía frecuentara el dormitorio principal de la casa que ella había heredado, Jack no podría pasar la noche allí. Ada tenía una regla de hierro que aún aplicaba desde la tumba:
No se permitían hombres.
Especialmente hombres Harris.
Entonces Jack dio forma a un plan que implicaba plantillas, pinturas para el cuerpo y la ingenuidad exótica para dar caza al fantasma de Ada y sacarlo de la casa. ¿Podrá el arte erótico ayudarle a reclamar a la mujer que ama? ¿O Ada le reservara nuevas sorpresas?