1. Pucked
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Con un famoso jugador de la Liga Nacional de Hockey como
hermanastro, Violet Hall está muy familiarizada con la reputación de mujeriego con la que vienen de la mano muchas estrellas del hockey. Ella es lo suficientemente inteligente como para mantenerse alejada de esos chicos calientes y corpulentos con una resistencia inigualable. Eso es hasta que conoce al legendario capitán del equipo —Alex Waters.
Violet no está interesada en su rostro hermoso y magullado, o sus abdominales duros. Pero cuando Alex inadvertidamente destruye la presunción previa de Violet con respecto al intelecto inferior de los jugadores de hockey, él se convierte en algo más que un cuerpo caliente con un rostro que está a la altura.
En lo que sólo puede considerarse como un completo lapsus de
juicio, Violet descubre cuán bueno es Alex con el palo de hockey en sus pantalones. Pero lo que empieza como una aventura de una noche, rápidamente se convierte en algo más. La noche posterior a la magia orgásmica, Alex comienza a llamar, enviar mensajes de texto, correos electrónicos y enviar regalos extravagantes —y estrafalarios— haciendo que sea difícil ignorarlo, e incluso más difícil que no le guste.
El problema es, que los medios muestran a Alex como un jugador,
y Violet no quiere ser parte del juego.
2. Pucked Up
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Miller “Buck” Butterson ha estado follando su paso por la vida desde que un disco le arregló los dientes frontales torcidos, y fue reclutado en NHL durante su primer año en la universidad. Después de
cinco años bloqueando tiros en el hielo y anotándolos con conejitas de hockey a lo largo de Estados Unidos y partes de Canadá, Miller está listo para una novia. Una de verdad, no de la variedad de las conejitas. Una que lleve a citas y no salte a la cama después de cinco segundos de conversación.
Miller piensa que encontró a esa mujer en la hermana de su compañero de equipo. Excepto que, a diferencia de Alex Waters, central, capitán del equipo y un buen tipo en todos los aspectos —que casualmente sale con su hermanastra— la reputacición de mujeriego de
Miller está bien ganada, y no explotada fuera de proporción por los medios. Más allá de ese detalle menor, Miller no sabe nada sobre tener una novia. Pero está determinado a hacer que suceda.
Lo que no tomó en consideración es la cantidad de tiempo y esfuerzo que requiere una relación, o que permitir constantemente que
las conejitas se tomen selfies con él para subirlas en redes sociales no van a hacer que se gane puntos en el departamento de novios. Miller aprende —no tan rápìdamente— que si quiere hacer que Sunshine “Sunny” Waters se enamore de él, va a tener que hacer mucho más que mostrarle sus habilidades con el palo en la habitación.