La vida no siempre empieza con un érase una vez.
El amor no siempre termina con un felices para siempre.
Después de pasar cinco años con el amor de mi vida, no hice nada para detenerla de alejarse. Ella tenía sus razones para irse. Yo tenía mis razones para quedarme. Pero un año más tarde, la comprensión de la pérdida me golpea, y no pararé ante nada para arreglarlo. Dejo todo atrás para conducir a través del país para tenerla de vuelta, y me rehúso a aceptar otra cosa que no sean viejas promesas satisfactorias.
Pero la única cosa segura en la vida es: nada es como esperabas.
La más valiosa lección no gira a menudo alrededor de un final de cuento de hadas... Frecuentemente vienen de dolor y curación. Vienen del tipo de crecimiento personal que el amor ofrece. Del alivio de tu corazón, tu alma y tu vida. Y muy de vez en cuando, encuentras los más grandes regalos en paquetes que no esperabas abrir.