Lords of London


1
Desde que su infiel esposo creara un escándalo muriendo en el lecho de su amante, Darcy de Merle está determinada a disfrutar de su viudez, y se niega a llorar a un hombre al que llegó a odiar. Encendiendo a la Alta Sociedad con su regreso, Darcy celebra un baile para volver a lanzarse a la Sociedad en el aniversario de la muerte de su marido.
Cameron, el Duque de Athelby es un hombre que se atiene a las reglas. Siempre. Ha vivido a través de las consecuencias de lo que la rebeldía, el descuido y la falta de respeto por la posición social de uno mismo puede hacerle a una familia. Es por ello que cuando ve a Darcy de Merle bordeando los límites de la respetabilidad, sólo entiende correcto recordarle las etiquetas propias a las que debería adherirse.
Darcy se niega a permitir que otro hombre le diga lo que debe hacer. Cuando el Duque de Athelby le reprende durante cada uno de sus encuentros, recordándole de sus fallas en las formas de alta sociedad, bueno... sólo hay una cosa que puede hacer al respecto: seducir al Duque y mostrarle que hay más en la vida que solo la propiedad de las convenciones dispuestas por su esfera.
Una batalla de voluntades se lleva a cabo, donde todas las apuestas están hechas, numerosas reglas son rotas y el amor se convierte en la recompensa final




2
Hunter, Marqués de Aaron, tiene a la alta sociedad engañada. Exteriormente es un caballero de posición, con buenos contactos, fortuna y carisma. Interiormente, es un desastre. Su vicio –beber hasta el estupor prácticamente todos los días- casi lo asesina cuando se cruza frente a un coche de alquiler. Su salvadora, una persona como ninguna otra, es a la vista un ángel, pero con una lengua más afilada que su bastón de estoque.
Cecilia Smith desaprueba la ociosidad y el despilfarro. Si hubiese nacido varón, ya se encontraría trabajando en la firma legal de su padre. Es por esto que no se escandalizó al tener que salvar de ser atropellado a un caballero borracho, cuando iba tarde para una reunión importante en una de sus varias caridades.
Cuando sus esferas sociales coinciden, Hunter tanto se sorprende, como se asombra, de la muy capaz y muy hermosa señorita Smith. Cecilia, por otra parte, queda confundida y no poco preocupada, por sus suposiciones sobre el Marqués y sus demonios. Será imposible adivinar si estas dos personas de mundos diferentes pueden formar uno propio



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