1-La Seducción del Duelista:
Helen Banks va a morir. Cuando su hermano gemelo apuesta y pierde toda su fortuna, ella debe salvar su vida y ocupar su lugar en un duelo para satisfacer el honor de un hombre al que su hermano simplemente no puede pagarle. Disfrazada de su hermano, Helen se enfrenta al único hombre al que ha admirado desde lejos, un viudo con un oscuro pasado y unos ojos que le abrasan el alma.
Desde que Gareth Fairfax perdió a su esposa, la oscuridad en su corazón se sigue expandiendo. Al arremeter contra cualquiera que se le oponga, Gareth se queda atónito cuando se encuentra con una joven encantadora frente a su pistola de duelo. Tras descubrir el engaño de Helen, le ofrece una opción: convertirse en su amante o que su hermano muera.
Su pacto con el diablo se convierte en una lenta, dulce y embriagadora seducción. Con cada hora que pasa, Helen desvela la secreta tristeza de Gareth y, sin embargo, no puede evitar enamorarse del hombre que la ha arruinado. Con Helen en sus brazos, Gareth se pregunta si aún podría salvarse. Todo depende de un abrazo apasionado, un beso desde lo más profund5o de su alma y una noche desenfreno
Él ha hecho una apuesta peligrosa.
Ambrose Worthing no es un caballero. Es un libertino orgulloso y desalmado que está decidido a permanecer soltero para siempre. Le gusta acostarse con una mujer diferente cada noche sin correr el riesgo de enamorarse. Cuando se entera de una apuesta sobre la seducción y la ruina de la hija del mejor amigo de su padre, sabe que debe intervenir. Comprometiéndose con la apuesta, acepta seducir a Lady Alexandra Rockford; por el bien de la muchacha. Nunca esperó que la dama en cuestión fuera una hermosa y ardiente criatura con pasiones propias que invitan a su corazón bien custodiado.
Ella ha jurado no volver a enamorase.
Alexandra Rockford ha renunciado a los hombres, pues su corazón sigue herido por las falsas promesas de un amor de la infancia que la abandonó para casarse con una heredera. Cuando se cruza con Ambrose al aire libre durante un baile campestre, sabe que el libertino representa un problema. Su sonrisa, su caricia y su beso prohibido son demasiado tentadores, pero estar con él la arruinaría. Decidida a disfrutar sin enamorarse, Alex no puede evitar bajar la guardia con el encantador libertino. Pero cuando descubre que Ambrose la está seduciendo para ganar una apuesta, él necesitará todo lo que tiene para demostrarle que es digno de amarla
