Así es como ha funcionado su familia durante generaciones y, desde luego, no será un beso con la atractiva Livia Estuart lo que vaya a cambiarlo. Las normas sociales son claras: debe casarse con ella, pues poco importa una u otra señorita siempre que sea de una familia respetable.
Sin embargo, las cosas con la fascinante Livia son todo menos sencillas, y poco a poco Gabriel se irá dando cuenta de que desea desesperadamente a esa mujer que —a diferencia de todas las demás damas, dispuestas a caer en sus brazos— no hace más que rehuirle. ¿Cómo logrará mantener a su lado a esta joven tan independiente como provocadora?