El último día de clase, la profesora Yuko Moriguchi anuncia a sus alumnos que deja la escuela. Todos saben el motivo: no han pasado más que unos días desde que su hija de cuatro años apareció ahogada en la piscina del colegio, en apariencia por accidente. Sin embargo, Yuko sabe que la verdad es muy distinta: la mataron dos alumnos de esa misma clase.
Y a ella no le interesa buscar justicia. En realidad, prefiere venganza.
De esta última lección de Yuko nadie saldrá sin cicatrices; al fin y al cabo, todo el mundo tiene algo que confesar.